¡Queridos hermanos y amigos!
La Cuaresma es un llamado al corazón
En el torbellino de la vida moderna, donde las notificaciones inundan nuestras pantallas y el ruido constante nos rodea, ¿alguna vez se ha sentido desconectado? ¿Has sentido ese anhelo profundo de encontrar un momento de paz, un espacio donde el alma pueda respirar?
Es en esos instantes de búsqueda, cuando el corazón clama por silencio, que la oración se presenta como un refugio, un diálogo íntimo con Dios. No se trata solo de palabras, sino de una conexión profunda, un encuentro en el silencio donde podemos escuchar la voz que nos guía.
La cuaresma, con su llamado al desierto espiritual, nos invita a apartarnos del ruido y la agitación. Es un tiempo propicio para afinar nuestros oídos y escuchar la voz de Dios que susurra en el silencio. Al igual que Jesús, que pasó cuarenta días en el desierto, nosotros también podemos buscar ese espacio de encuentro íntimo con el Dios Padre.
La oración no se trata solo de hablar; se trata sobre todo de escuchar, es abrir nuestro corazón a la Palabra de Dios, que nos permite que nos hable a través de las Escrituras, de las experiencias cotidianas, de los susurros de nuestra conciencia, es descubrir que Dios siempre tiene algo que decirnos, algo que quiere revelarnos.
Durante este tiempo cuaresmal, le invito a explorar las diferentes formas de oración: la oración vocal, donde conectamos el corazón con nuestros labios, expresando nuestra fe en comunidad, la meditación, donde buscamos el ¿por qué? y el ¿cómo?, reflexionando sobre las Escrituras para encontrar razones y estrategias para vivir nuestra fe y la contemplación, donde el alma busca a su amado Dios en el silencio, anhelando encontrarse con su presencia.
Cada forma de oración es un camino para profundizar nuestra relación con Dios y ser transformados por su presencia que todo lo puede.
Pidamos a la Virgen María que nos ayude con su intercesión en esta cuaresma 2025 y nos permita avanzar en el conocimiento y amor a Dios a su bondad, a su misericordia y que sea para todos nuestros hermanos.
Con todo cariño y gratitud, Padre Neftalí Rogel
Director Editorial de Radio María